jueves, 14 de octubre de 2010

El mercado y el Lilium

Huye, amigo mío, a tu soledad! Ensordecido te veo por el ruido de los grandes hombres,
y acribillado por los aguijones de los pequeños.
El bosque y la roca saben callar dignamente contigo. Vuelve a ser igual que el árbol al
que amas, el árbol de amplias ramas: silencioso y atento pende sobre el mar.
Donde acaba la soledad, allí comienza el mercado; y donde comienza el mercado, allí
comienzan también el ruido de los grandes comediantes y el zumbido de las moscas venenosas.
En el mundo las mejores cosas no valen nada sin alguien que las represente: grandes
hombres llama el pueblo a esos actores.

El pueblo comprende poco lo grande, esto es: lo creador. Pero tiene sentidos para todos
los actores y comediantes de grandes cosas.


Yo en mi mundo escucho cosas. Sonidos como este que tocan el corazon y tapan heridas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario


contador de visitas
contador de visitas